Me suelo encontrar con personas que me dicen que siente fracaso al no ser elegidos en un proceso de selección de personal. Voy a explicaros cómo autogestionar esta situación y convertirla en una experiencia positiva.
Quienes nos dedicamos a la Empleabilidad, tenemos el firme objetivo de hacer más empleables a las personas con las que trabajamos.
Siempre comienzo mis clases hablando de la importancia de la inteligencia emocional, ya que nos introducirá en un camino de autoconocimiento imprescindible para conocer lo que podemos ofrecer a una empresa y lo que necesitamos mejorar.
¿Pudiera ser que nuestro ímpetu como formadores esté en que nuestros alumnos consigan y mantengan un empleo y en hacer de ellos los candidatos ideales?
Pero, ¿qué ocurre con el fracaso al no ser elegidos en un proceso de selección de personal? ¿les estamos enseñando también a gestionar esa frustración?
La inteligencia emocional juega un papel muy importante cuando buscamos trabajo, ya que hasta encontrarlo, podemos pasar por varios rechazos que hay que saber gestionar.
Enseñarles a ser más empleables no significa que a la primera consigan un empleo. Mucho va a depender de ellos, de su actitud, sus ganas, conocimientos y aspiraciones, pero, no olvidemos que también va a depender de la persona que entrevista y del resto de candidatos.
Para mí, tener éxito en un proceso de selección de personal, no significa que salgas de ese despacho con el trabajo conseguido. Significa que ocurra lo que ocurra, sientas satisfacción contigo, con lo que has hecho, con lo que has preparado y, por supuesto, sabiendo que una vez habiéndolo dado todo, puede ser que te escojan o puede ser que no. Pero, como les digo siempre cuando hablamos de objetivos, «no sé si tu objetivo después de todos estos pasos que te marco lo vas a conseguir, pero te aseguro que no vas a ser la misma persona que empezó en el camino hacia su consecución». Pues en este caso, es lo mismo.
Gestionar nuestras emociones y posteriores acciones marcarán la diferencia entre el fracaso o el éxito tras un proceso de selección de personal.
¿Y cómo podemos gestionar eso de “no ser la opción preferente”, “no ser los elegidos”, “que prefieran a otra persona”? Algo que tu mente traducirá como “no soy suficiente”, “no valgo”, “he estado semanas, meses o años preparándome para nada”, “nunca lo voy a conseguir”, y un largo etcétera de frases dramáticas que se apoderan de nosotros.
Precisamente, estas frases copleras hacen que nuestras emociones y posteriores acciones tengan que ver más con el fracaso que con el éxito. Si has hecho un curso conmigo, recordarás que te he explicado que lo que hay en tu cabeza tiene que ver con lo que sientes, lo que haces y los resultados que consigues, y siempre insisto en que es IMPRESCINDIBLE un buen trabajo de INTELIGENCIA EMOCIONAL para que así consigas verlo todo de otra manera.
Vamos a ver algunas recomendaciones para poder gestionar el fracaso de no ser elegidos en un proceso de selección:
- No te lo tomes como algo personal.
En una oferta de trabajo puede haber tres vacantes para doscientos candidatos, tienes mucha competencia y, aunque estoy segurísima de que con una buena preparación estarás muy cerca de conseguirlo, debes aceptar que hay una parte que no va a depender de ti y que no tiene que ver contigo.
En un proceso de búsqueda una buena parte depende de nosotros, pero no olvidemos que hay otra que depende del resto de candidatos y de la persona que está al frente del proceso de selección.
- No sabes lo que hay en la cabeza de la persona que entrevista.
Recuerda que nos movemos por emociones y puede que esa persona haya visto en otra algo que por lo que sea le ha llamado más la atención que tú. Y esto me lleva a lo anterior “no eres tú, es él (o ella)”, seguro que esta frase la has escuchado alguna vez o te ha tocado decirla, y oye, no es una excusa, es la realidad.
- Ocurre lo que tiene que ocurrir.
No es una frase manida por mucho que hayas leído en un azucarillo de una cafetería “todo lo que ocurre es por algo”, ¡es que es verdad! Una experiencia siempre te lleva a otra y si no te han elegido es por algo, porque aún tienes que moldear algo de ti o porque va a aparecer (siempre que no ceses en tu búsqueda) lo que realmente está ahí para ti.
Y esto me lleva a lo más importante:
- Trabaja la autocrítica.
No me refiero a que te flageles, pero tienes que sacar a relucir tu objetividad. ¿Lo tenías todo bien preparado? ¿Crees que algo debes mejorar? Si tú fueras el entrevistador ¿has echado algo en falta? ¿Estás buscando en el sitio correcto? Es hora de hacer examen de conciencia.
- “Ese puesto estaba ya adjudicado”.
Entiendo que a veces te frustre eso de que la entrevista sea una “pantomima” cuando ya se sabía quién iba a ser el elegido. Pero, ¿puedes hacer algo? ¿vas a impugnar el proceso de selección? Si necesitas patalear y quejarte, hazlo, pero date solo unas horas antes de volver a los puntos de arriba y continuar en tu camino, dejando a un lado algo que no depende de ti y que además nunca sabrás si realmente es como tú piensas. No pierdas el tiempo.
No te queda otra que insistir, pero hazlo aprendiendo de cada entrevista que hagas, para que cada «rechazo» te ayude a mejorar en tu preparación.
Insiste y conviértete en Tu opción preferente tras un proceso de selección de personal.
Resumiendo, no hay una fórmula mágica para que esa frustración y esa sensación de fracaso al no ser elegidos en un proceso de selección no aparezca. Somos humanos y a los humanos no nos gusta el rechazo, daña nuestro ego y nuestro orgullo.
Te diría que insistieras, que seas martillo pilón y que te conviertas en TU opción preferente. Cuando para ti seas esa opción, lo serás para otros. Y por favor, no le cuentes a demasiada gente cómo te encuentras, escoge bien a quién se lo cuentas (pincha aquí para ver un vídeo donde hablo sobre esto).
Solo te faltaba escuchar “bueno es que no hay trabajo” para hundirte del todo. Independientemente de las cifras de desempleo y de todo lo que ocurra a tu alrededor, que cada noche te vayas a la cama sabiendo que has dado un nuevo paso y que esa oportunidad va a llegar.
Cuida tus “juntas”, tu salud, tus emociones. Prepárate bien la entrevista, trabaja tu marca personal. Y te aseguro que, un día, llegará la oportunidad que tanto estabas esperando.
Si quieres conocer más estrategias que te pueden ayudar a buscar trabajo, encontrarlo y mantenerlo, puedes suscribirte a mi newsletter haciendo clic aquí y bajando hasta el final de la página. No te olvides de seguirme en mis Redes Sociales para conocer todos los consejos sobre Empleabilidad, Marca Personal y Miedo Escénico. Y también puedes leer más artículos en la Zona Blog de mi página web.