Si estás pensando en emprender un nuevo proyecto, ya sea personal o profesional, te voy a hablar sobre lo importante que es que no hables a nadie sobre tus nuevos proyectos.

Y ¿por qué? Puedes estar pensando. Si precisamente compartir tu ilusión, tu esfuerzo y tus ganas podría hacer que te mantengas siempre en este estado de entusiasmo. Pues no, más bien todo lo contrario, podría hacer que te alejaras de él.

Un proyecto no solo está dividido en objetivos tangibles que puedes ir organizando de manera consciente, también requiere un trabajo emocional ya que ese entusiasmo que te movió a ir a por él no siempre va a estar ahí.

Y eso es muy normal. Es muy difícil mantener siempre el mismo estado emocional, ya que hoy vas a sentir que te comes el mundo y mañana creerás que estás perdiendo el tiempo. Y bueno ¿qué tiene que ver entonces que compartas tus proyectos y objetivos o no?

tus nuevos proyectos
  1. La manera común (no la normal, la común) en la que nos comunicamos los seres humanos es la siguiente: tú me das una información, yo la filtro a través de mis creencias y respondo. Esas creencias, que son mis ideas, puedo adquirirlas por referencias (porque me lo dijeron) o por experiencias (porque lo viví).

    Por ejemplo: Si tú le dices a dos personas que no tienen nada que ver la una con la otra, que te vas a vivir al campo una te puede decir “qué buena idea, cuánta paz, te va a encantar” y, sin embargo, otra te podría decir “qué horror, qué cansancio de coche de un lado a otro, el trabajo, los niños”.

    ¿Estas personas están pensando en ti? ¿en tus gustos? ¿en tus necesidades? ¿te han preguntado? ¿Te imaginas cómo serían las relaciones si tú al decir eso se hubieran parado un momento antes de contestar?

    Ahora bien, en cuanto al tema que nos ocupa. Si a unos y a otros les cuentas el proyecto en el que estás trabajando, cada uno te dará su opinión sin pensar en tus necesidades: “qué locura, tal y como están las cosas” “qué buena idea, es la era del emprendimiento”.

    Este tipo de opiniones te podrían afectar emocionalmente, ya que podrían darte más fuerza o, hacerte sentir miedo y ganas de abandonar.

    ¿Cuál es la solución? Que no cuentes nada hasta que no esté hecho. Y si necesitas hablar con alguien, escoge bien a esa persona. Rodéate de quienes te pueden impulsar bien porque por su carácter sabes que te van a apoyar y dar buenos consejos o bien porque han estado o están en tu misma situación. Es importante saber qué se han encontrado las personas que han estado en tu lugar pero no para tener miedo, sino para potenciar tu proactividad y asumir riesgos.

    Es cierto que en ocasiones este tipo de opiniones que te pueden llegar a asustar tienen una intención muy positiva detrás que es la de protegerte, pero en realidad nadie sabe hasta dónde eres capaz de llegar, nadie sabe con qué recursos cuentas y, sobre todo, muchas veces la persona que tienes enfrente ni conoce el tema sobre el que se centra tu proyecto.

    Confía en ti, en tus posibilidades. Rodéate de las mejores circunstancias, sé estratega y no te dejes contaminar por las experiencias de los demás, toma lo que te beneficia de ellas y descarta lo que no necesitas. Y cuando sientas seguridad, cuando cada paso se vaya afianzando, entonces será el momento de ir contando.

tus nuevos proyectos

Si estás en esta situación porque tienes pensado emprender, porque ya lo has hecho o porque en tu empresa te han dado autonomía para llevar a cabo tu propio proyecto, recuerda que siempre tendrás personas cerca dispuestas a impulsarte y al resto no es necesario que les cuentas nada hasta que no sea el momento, por mucha ilusión que tengas.

Para conocer mucho más sobre todo lo que te puede ayudar a emprender, encontrar trabajo y gestionar tus emociones, sígueme en mis redes sociales y no te pierdas los nuevos artículos de mi blog. Y si quieres comenzar con una buena estrategia personalizada, contacta conmigo pinchando aquí.

Y, para despedirme, comparto contigo este artículo en formato vídeo. ¡Hasta pronto!